La recién nombrada ministra del Interior, Yvette Cooper, ha anunciado la puesta en marcha de un nuevo Mando de Seguridad Fronteriza (BSC).
El BSC representa una revisión significativa de la forma en que el Reino Unido gestiona sus fronteras y aborda la inmigración ilegal.
Su objetivo es mejorar la seguridad fronteriza del país y hacer frente a la delincuencia organizada de inmigración.
«Las bandas criminales de contrabandistas están ganando millones con los cruces en pequeñas embarcaciones, socavando nuestra seguridad fronteriza y poniendo vidas en peligro», declaró Cooper en un comunicado de prensa.
Y añadió: «Tenemos que abordar la raíz del problema, persiguiendo a estos peligrosos delincuentes y llevándolos ante la justicia.»
Esto supone un cambio significativo en las políticas de inmigración del Reino Unido tras la victoria del Partido Laborista en las recientes elecciones.
El lanzamiento del BSC se espera mientras el recién elegido Primer Ministro Sir Keir Starmer confirma que el controvertido plan de deportación de Ruanda está «muerto y enterrado».
El nuevo Mando de Seguridad Fronteriza
El nuevo Mando de Seguridad Fronteriza proporcionará dirección estratégica y coordinará los esfuerzos de diversos organismos.
Esto incluye a la Agencia Nacional contra la Delincuencia (NCA), las agencias de inteligencia, la policía, el Servicio de Inmigración y la Fuerza de Fronteras.
Su objetivo es desbaratar las actividades de las bandas de delincuentes dedicadas al contrabando y proteger las fronteras del Reino Unido con mayor eficacia.
El BSC utilizará importantes recursos para garantizar que quienes se lucran con el tráfico de personas son llevados ante la justicia.
Un aspecto significativo de la estrategia del BSC implica trabajar estrechamente con socios europeos.
Cooper tiene previsto debatir con los ministros del Interior europeos y con el Director General de Europol para reforzar la cooperación en materia de seguridad.
El gobierno está reclutando actualmente a un líder con experiencia en entornos complejos, como la policía de alto nivel, los servicios de inteligencia o el ejército.
El jefe del BSC dirigirá los esfuerzos para combatir la delincuencia organizada en materia de inmigración e informará directamente al Ministro del Interior.
También se incorporarán investigadores, expertos y analistas a medida que se elaboren nuevas políticas para introducir medidas antiterroristas más estrictas.
El ministro del Interior también ha encargado una investigación sobre las últimas tácticas utilizadas por las bandas de traficantes de personas.
La información recopilada durante la investigación será beneficiosa para su uso por las principales fuerzas de seguridad.
El plan para Ruanda finaliza con la toma de posesión de los laboristas
El lanzamiento del BSC coincide con el fin del controvertido plan de asilo a Ruanda, desechado por el primer ministro Starmer.
«El plan de Ruanda estaba muerto y enterrado antes de empezar», dijo Starmer durante su primera conferencia de prensa como Primer Ministro, según la BBC.
El ex primer ministro Rishi Sunak hizo del plan Ruanda una política clave en su objetivo de impedir que la gente cruzara el Canal de la Mancha en pateras.
El plan, que pretendía enviar a los solicitantes de asilo a Ruanda para su tramitación, se enfrentó a importantes críticas e impugnaciones legales.
Las organizaciones de derechos humanos dijeron que el plan de enviar a los solicitantes de asilo a un país que no habían elegido era inhumano e inseguro.
El Tribunal Superior del Reino Unido la había declarado ilegal, alegando riesgos sustanciales para los refugiados devueltos a sus países de origen desde Ruanda.
Starmner ha criticado duramente el plan Ruanda, calificándolo de «truco» y argumentando que «nunca ha sido disuasorio».
Dijo que sólo abordaría menos del uno por ciento de las llegadas en pateras, ya que no aborda las causas profundas de la inmigración ilegal.
Según The Standard, un portavoz de Cooper dijo que cientos de personas que esperaban ser expulsadas a Ruanda han sido puestas en libertad bajo fianza desde entonces.
El nuevo enfoque del gobierno británico sobre la inmigración ilegal
El gobierno laborista de Starmer promete un enfoque diferente para gestionar la inmigración, centrándose en soluciones prácticas para abordar el verdadero problema.
El nuevo plan se centra en aumentar la aplicación de la ley para hacer frente a las bandas de traficantes de seres humanos.
También tratará de mejorar la eficacia de la tramitación de las solicitudes de asilo.
Durante las elecciones, los laboristas se comprometieron a crear el Mando de Seguridad Fronteriza para impedir que las pateras crucen el Canal de la Mancha.
Muchos defensores de los derechos humanos y personalidades políticas han elogiado las decisiones del nuevo gobierno.
Sin embargo, los críticos sostienen que la alternativa laborista carece de soluciones concretas.
El ex ministro del Interior James Cleverly la criticó como una «amnistía para todos los inmigrantes ilegales». Argumentó que no controlaría eficazmente las fronteras.
A pesar de la introducción del plan Ruanda, los cruces de inmigrantes han seguido aumentando.
Sólo este año, miles de personas han realizado el peligroso viaje a través del Canal de la Mancha.
Este desafío continuo pone de manifiesto la complejidad del control de la inmigración y la necesidad de soluciones integrales.
Estas soluciones deben abordar las causas profundas de la migración, garantizando al mismo tiempo la seguridad de las fronteras.
El nuevo Mando de Seguridad Fronteriza se centrará en aplicar soluciones prácticas y humanas a la crisis de la inmigración.
Al mismo tiempo, el gobierno laborista pretende reconstruir la imagen del Reino Unido como país acogedor y justo.
A medida que se desarrollen las nuevas políticas, se seguirá de cerca su impacto en el sistema de inmigración del Reino Unido y en su reputación internacional.
El éxito o el fracaso de este nuevo enfoque podría repercutir significativamente en la relación del Reino Unido con sus socios europeos en la lucha contra la delincuencia organizada de la inmigración.