El Gobierno del Reino Unido ha rechazado oficialmente la propuesta de un visado escocés independiente.
El visado escocés independiente se diseñó para ayudar al país a atraer a más trabajadores cualificados del extranjero.
Esta cuestión se planteó en un debate en Westminster la semana pasada, cuando el Partido Nacional Escocés (SNP) intentó modificar una ley para que Escocia tuviera su propio visado.
Sin embargo, una fuente gubernamental dijo a la BBC«No estamos considerando en absoluto un sistema escocés de visados».
Esta decisión ha desatado la frustración en Escocia, donde los dirigentes sostienen que el país se enfrenta a retos diferentes de los del resto del Reino Unido.
Se trata principalmente de abordar la escasez de mano de obra en sectores críticos como la sanidad, la agricultura y la hostelería.
Sin embargo, el gobierno británico insiste en que la política de inmigración seguirá siendo competencia de todo el país, no sólo de Escocia.
La propuesta de un sistema escocés de visados
Nicola Sturgeon, entonces primera ministra de Escocia, propuso inicialmente un sistema escocés de visados en 2020.
En un sistema de visados independiente, el gobierno escocés definiría los criterios del nuevo visado y recibiría y evaluaría las solicitudes.
A continuación, propondrá los candidatos seleccionados al Gobierno del Reino Unido para que verifique la identidad de los solicitantes y realice las comprobaciones de seguridad pertinentes.
Los candidatos seleccionados deben vivir en Escocia y tener un código fiscal escocés.
Podría consistir en eximir a determinadas empresas de las normas británicas sobre contratación de trabajadores extranjeros.
Los dirigentes escoceses, incluida Sturgeon, consideraban que Escocia necesitaba más control sobre la inmigración para hacer frente a su economía y población específicas.
Muchas zonas rurales de Escocia han tenido dificultades para atraer a suficientes trabajadores, sobre todo en los sectores de la agricultura, la hostelería y el turismo.
Tras el Brexit, el número de trabajadores europeos disminuyó, lo que afectó significativamente a estas industrias.
Sturgeon argumentó que un sistema de visados independiente para Escocia permitiría al país traer a los trabajadores que necesita para mantener en marcha la economía.
«La delegación de competencias en materia de inmigración mediante la introducción de un visado escocés permitiría a Escocia atraer y retener a personas con las cualificaciones y atributos que necesitamos para que prosperen nuestras comunidades y nuestra economía», declaró como Primera Ministra.
La propuesta obtuvo el apoyo de varias industrias, especialmente de las que sufren una grave escasez de mano de obra.
Organizaciones como UK Hospitality Scotland creían que un sistema de visados a medida podría ayudar a cubrir las vacantes en el sector de la hostelería.
Sin embargo, el anterior gobierno conservador del Reino Unido bloqueó la propuesta del sistema escocés de visados.
Rechazo del Gobierno laborista británico
El diputado del SNP Stephen Gethins tiene previsto presentar un proyecto de ley para que el Gobierno escocés pueda crear un visado escocés.
El diputado laborista escocés Grady afirmó que tanto los laboristas escoceses como los británicos apoyan plenamente la llegada de más personas cualificadas a Escocia.
Añadió que la ministra del Interior, Yvette Cooper, se ha comprometido a hacerlo realidad.
Sin embargo, el reto es averiguar la mejor manera de hacerlo.
El parlamentario de Glasgow Este reveló que el Comité Asesor sobre Migración, que asesora al gobierno, está estudiando detenidamente la cuestión.
Aun así, un portavoz del Ministerio del Interior subrayó que la inmigración debe gestionarse a nivel nacional.
Crear sistemas de inmigración separados para distintas partes del Reino Unido podría causar confusión y dificultar la aplicación de las normas de inmigración.
La fuente afirmó que la inmigración es un asunto que compete a todo el Reino Unido, y que un visado escocés a medida no redundaría en beneficio de la nación.
En su lugar, el gobierno británico cuenta con su sistema de inmigración por puntos, introducido tras el Brexit.
Con este sistema basado en puntos, los trabajadores extranjeros deben obtener puntos en función de criterios como su formación, sus cualificaciones y las ofertas de trabajo en el Reino Unido.
El gobierno británico cree que este sistema satisface las necesidades de todas las regiones, incluida Escocia, y puede resolver la escasez de mano de obra en todo el país.
Frustración en Escocia
El manifiesto electoral de los laboristas escoceses prometía reformas para garantizar que las políticas de inmigración y cualificaciones beneficien a todas las partes del Reino Unido.
El manifiesto también pretendía reducir la dependencia a largo plazo de los trabajadores extranjeros en determinadas industrias.
Antes de las elecciones nacionales de julio, la viceportavoz laborista escocesa Jackie Baillie anunció planes para animarles a establecerse en Escocia.
Sin embargo, tras las elecciones, no se mostró partidaria de impulsar un sistema de inmigración independiente para Escocia.
El dirigente laborista escocés Anas Sarwar dijo a la BBC Scotland: «No, necesitamos una sola agencia de fronteras del Reino Unido y un solo sistema de inmigración».
El reciente rechazo del Ministerio del Interior al sistema independiente de visados escoceses ha frustrado a muchos dirigentes y empresas escoceses.
Muchos argumentaron que el rechazo del gobierno del Reino Unido pasa por alto las necesidades únicas de Escocia.
Muchas industrias escocesas se han hecho eco de estas preocupaciones, añadiendo que el país corre el riesgo de quedarse rezagado en sectores económicos críticos.
Se espera que esta cuestión siga siendo un tema clave de debate en los próximos años, ya que Escocia sigue enfrentándose a la escasez de mano de obra y al descenso de la población.
Es probable que los dirigentes escoceses sigan presionando para que se introduzcan cambios que reflejen mejor las necesidades de su región.
A continuación, el gobierno del Reino Unido debe trabajar con los dirigentes escoceses para establecer una política de inmigración unificada que funcione para Escocia y el resto del país.