La población del Reino Unido (RU) ha aumentado hasta alcanzar la cifra histórica de 68,3 millones de habitantes, impulsada principalmente por la inmigración.
Así lo indican las últimas cifras de la Oficina Nacional de Estadística (ONS).
El crecimiento de la población representa un aumento del 1% respecto al año anterior,
Subraya el importante papel de la migración en la configuración del paisaje demográfico del país.
La migración: El motor clave del crecimiento
Los datos de la ONS revelan que la migración internacional neta añadió aproximadamente 677.000 personas a la población del Reino Unido en el año anterior a mediados de 2023.
Esto lo convierte en el factor más significativo del aumento de población del Reino Unido.
El aumento contrasta con el cambio natural de la población, o nacimientos menos defunciones, que registró un déficit de 16.300 personas.
Esto significa que llegan al Reino Unido más personas de las que nacen en el país.
Sólo en Inglaterra y Gales, la población aumentó un 1%, sumando más de 610.000 personas, el mayor incremento anual en 75 años.
Mientras tanto, Escocia e Irlanda del Norte experimentaron un crecimiento más modesto, con un aumento de su población del 0,8% y el 0,5%, respectivamente.
Un cambio en los patrones de migración tras el Brexit
La naturaleza de la migración al Reino Unido ha cambiado drásticamente desde la votación del Brexit en 2016.
La emigración desde los países de la Unión Europea (UE) se ha ralentizado considerablemente debido al endurecimiento de las normas de inmigración.
El aumento de inmigrantes procedentes de países no pertenecientes a la UE, como India, Nigeria y Pakistán, ha compensado esta situación.
Muchos de estos inmigrantes desempeñan funciones cruciales en el sector de la asistencia sanitaria y social, que se enfrenta a una grave escasez de mano de obra.
La introducción de nuevas normas sobre visados de trabajo también ha desempeñado un papel en este cambio.
En ellas se daba prioridad a los trabajadores cualificados de países no pertenecientes a la UE, lo que facilitaba a los profesionales, especialmente del sector sanitario, trasladarse al Reino Unido.
Como consecuencia, el Reino Unido depende cada vez más de los inmigrantes para mantener servicios públicos fundamentales.
El primer ministro Keir Starmer, que asumió el cargo en julio de 2024, ha adoptado un enfoque más pragmático respecto a la inmigración.
Una de sus medidas clave fue anular el plan del anterior gobierno conservador de deportar a Ruanda a los solicitantes de asilo.
Starmer ha subrayado la importancia de una política migratoria equilibrada, justa y funcional.
Aspira a una política que reconozca las contribuciones de los inmigrantes a nuestro país, pero que dé prioridad a la mano de obra local.
Impacto del crecimiento demográfico impulsado por la inmigración
La dependencia del Reino Unido de la inmigración para impulsar el crecimiento demográfico conlleva tanto oportunidades como retos.
Por un lado, los inmigrantes desempeñan funciones esenciales en industrias que luchan contra la escasez de personal.
Por ejemplo, el Servicio Nacional de Salud (SNS) ha dependido en gran medida de trabajadores extranjeros para mantener el buen funcionamiento de sus operaciones.
Muchos trabajadores sanitarios de primera línea proceden de fuera del Reino Unido, sobre todo de países como India y Filipinas.
Sin embargo, también preocupa la presión que este crecimiento demográfico ejerce sobre los servicios públicos.
Esto se nota sobre todo en la vivienda, la educación y los servicios sanitarios.
Los gobiernos locales, especialmente en zonas de alta inmigración como Londres, se enfrentan a retos para satisfacer la creciente demanda de servicios.
Algunos críticos sostienen que el aumento de la migración ha superado la inversión en infraestructuras.
Afirman que esto ha provocado escasez de viviendas asequibles y mayores tiempos de espera para los servicios sanitarios.
A pesar de estos retos, muchos expertos coinciden en que la inmigración es vital para sostener la economía del Reino Unido, especialmente dado el envejecimiento de su población.
Con el descenso de las tasas de natalidad y el aumento de las personas que se jubilan, los emigrantes están ayudando a llenar los huecos en la población activa.
Según la ONS, sin inmigración, la población del Reino Unido probablemente se estancaría o incluso empezaría a disminuir en los próximos años.
Tensiones políticas y sociales que avanzan
La inmigración ha sido durante mucho tiempo un tema polémico en la política británica, y el reciente aumento de la población ha reavivado el debate.
Algunos ven a los inmigrantes como contribuyentes esenciales a la economía y la sociedad del Reino Unido.
Por el contrario, a otros les preocupa el impacto sobre los servicios públicos y la cohesión social.
En los últimos meses se han producido protestas contra la inmigración, sobre todo por parte de grupos de extrema derecha.
Estas protestas, a menudo dirigidas tanto a solicitantes de asilo como a inmigrantes económicos, reflejan el creciente malestar entre algunos segmentos de la población.
Es probable que esta cuestión siga siendo un reto para el gobierno en su intento de equilibrar la necesidad de trabajadores cualificados con el mantenimiento de la competitividad de la mano de obra local sin sobrecargar los servicios públicos.
El gobierno sabe que serán necesarios cambios para gestionar este crecimiento.
Esto podría incluir normativas más estrictas sobre la inmigración ilegal, mejores políticas de integración e inversiones específicas en servicios públicos para satisfacer la creciente demanda.
Se prevé que la población del Reino Unido siga creciendo en los próximos años, aunque el ritmo dependerá en gran medida de las futuras políticas migratorias.
Según la ONS, la población podría superar los 70 millones a finales de la década si se mantienen las tendencias migratorias actuales.
Según la ONS, la población podría superar los 70 millones al final de la década si se mantienen las tendencias migratorias actuales.